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09.16.2012

  • 1 - La Gracia en el Alef-Bet: Las Ventanas de la Gracia
1 - La Gracia en el Alef-Bet - 9-16-2012

El Evangelio en el Alef-Bet
Testigos de Su Majestad

¡Cuando veas a Jesús!, entonces, el inmerecido favor de Dios fluirá como rio corrientoso regando todas las áreas resecas de tu vida, sean en tu cuerpo, en el matrimonio, en tu trabajo o finanzas.

Cuanto más aumentes en el conocimiento de nuestro amoroso Salvador Jesucristo y su obra completada en la cruz, tanto más se multiplicará en tu vida el inmerecido favor de Dios.

Y es su inmerecido favor lo que hará que disfrutes de éxito más allá de tu inteligencia natural, tus calificaciones y capacidades!

La Gracia o el inmerecido favor de Dios no es un tema. No es una lección ni una enseñanza. ¡EL INMERECIDO FAVOR DE DIOS ES EL EVANGELIO! Es una Persona. Es Jesús.

Para el hebreo, el éxito llega como resultado de a quién tienes
Lo que Dios define como éxito no es lo que el mundo cree. El mundo corporativo mide el éxito según lo que hayas hecho, lo que hayas logrado y lo que hayas acumulado. Siempre se basan en ti, concentrando todo tu tiempo, energía y recursos en esfuerzos por merecer títulos y coleccionar logros.

El modelo de éxito que presenta el mundo es inestable y que se erige sobre un cimiento endeble. Tal vez por fuera parezca que es buenísimo, pero es temporal y todos hemos podido ver que las riquezas y famas transitorias del mundo pueden esfumarse como el humo, escurriéndose entre los dedos como la arena del desierto.

¡Es la presencia del Señor en tu vida lo que te convierte en exitoso!
Basado en Génesis 39:2, es claro que el éxito no depende de qué tengas, sino de a quien tengas. José no tenía nada, literalmente nada en términos materiales. Pero al mismo tiempo lo tenía todo, porque el Señor estaba con él.

Las cosas materiales que has acumulado, o que con febril esfuerzo buscas tener, no son las que se convierten en alguien exitoso. ¡ES LA PRESENCIA DEL SEÑOR EN TU VIDA LO QUE TE CONVIERTE EN EXITOSO!

Tenemos que aprender a dejar de correr tras los objetos, para empezar a buscarle a Él. Dios ve tu relación con Él como lo único que necesitas para cualquier éxito en tu vida.

No puedo siquiera imaginar un lugar ni una situación peor que la de José. Estaba completamente desnudo. ¡No tenía nada! Ni cuenta en el banco, ni diplomas universitarios, ni contactos con gente influyente.

Nada. Gracias a Dios, la Biblia nos muestra esta imagen de José que comenzó sin nada, para que tú y yo podamos tener esperanzas en nuestros días. Si piensas que eres como José porque no tienes nada, bueno... puedes empezar a creer en el poder de la presencia del Señor en tu vida.

¿Qué significa decir "Dios con nosotros"?
Tenemos que entender esto como lo entendería el pueblo hebreo. Y aquí hay algo bellísimo, ¡el secreto de Emanuel! La mente judía entiende que cuando el Señor está contigo, te vuelves exitoso en cualquier emprendimiento  que te dediques.

Qué esta sea tu realidad: "El Señor está conmigo por lo que soy una persona exitosa".  Cuando tomes conciencia del modo en que Jesús está contigo, verás que te llevará al éxito en todo lo que tengas que hacer.

El Señor te bendecirá no porque te lo mereces o por tus esfuerzos sino porque Él te ama.

Todo lo que toques es bendecido
Dios define el éxito de manera contraria a como lo define el mundo. El mundo mira qué es lo que tienes, en tanto Dios ve a quien tienes. El sistema del mundo se basa en lo que has hecho tú, en tanto Dios mira lo que Jesús hizo en la cruz.

Puedes decidir que vivirás dependiendo de tu propio esfuerzo para merecer, ganar, conseguir, luchar y acumular riquezas y éxito, según lo define el mundo. O puedes tomar hoy mismo la decisión de vivir dependiendo entera y completamente de Cristo, de su mérito y de lo que logró en la cruz para que te vaya bien en todo.

En esencia, todo se reduce a la cuestión de la dependencia. ¿De quién dependes hoy? ¿De ti mismo o de Cristo? ¿Quieres luchar por tu propio esfuerzo o quieres que Dios todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, luche por ti?

Si Cristo es la fuente de tu éxito, no hay temor y la Paz de Dios es el refugio de tu corazón y tu mente.

En hebreo, "Paz" se dice shalom, cuyo significado incluye: Paz, prosperidad, salud, plenitud, seguridad y solidez. ¡Qué poderosa fortaleza tenemos en Cristo Jesús!

No tenemos que depender de nuestros esfuerzos sino de la Gracia de Dios. Si estamos continuamente conscientes de la superabundancia de Dios por medio de la fe, vamos a experimentar la prosperidad de Dios en todo lo que tocamos y emprendemos.

El Alef-Bet o alfabeto hebreo nos presenta en forma secreta el poderoso mensaje de la Gracia de Dios.
A diferencia de las letras en español o en ingles, las letras del alfabeto hebreo son asociadas al ser humano ya que se las consideran que tienen cuerpo, alma y espíritu.

En el alfabeto hebreo cada letra tiene su concepto, su significado, su propósito, su orden, y tienen un símbolo y un valor numérico en la Gematría.

En el Alfabeto Hebreo encontraremos el maravilloso mensaje superlativo del Evangelio de Dios. Encontramos la Gracia.

La letra ה - Hei es representada como una ventana o revelación. Isa. 54:12 nos dice que Dios pondrá nuestras ventanas de piedras preciosas.  Y también es el número cinco o gracia.

Este es el mensaje: La ב - Bet o "casa del mundo" tiene una ventana; esta abre la visión hacia el mundo invisible de Dios. La Hei como la Gracia de Dios es la ventana a los recursos inagotables de la obra terminada de Jesús. Cuando por medio de la Fe nos conectamos a la Gracia de Dios, entonces se nos abre el Favor Incondicional de Dios.

Por medio de esa Ventana podemos ver el don gratuito e inmerecido de Dios. ¡Qué Don! Aparte de las obras, aparte de la Ley, aparte de las ordenanzas, aparte de la dignidad personal se nos dio un Don sin reservas de parte de Dios el cual nos hace aceptados delante de Él. Este es el Don: Dios nos declara Justos,  aceptados por Jesucristo y aptos para reinar.

El Alef-Bet nos enseña en forma muy grafica el mensaje de las Palabras de Dios. La Fuente de nuestro poder son las Palabras de Dios. El Poder, soberanía y amor del Dios viviente se demuestran por Su Palabra. Sus Palabras fueron más que suficiente para crear el Universo entero. Sus Palabras son suficientes para alterar la historia humana. Su Palabra es suficiente para nuestra vida. La Gloria de Dios es revelada en Su Palabra. Cada Palabra suya lleva el peso de Su Gloria.

Así que ¿cómo es que Dios opera? Dios habla. Dios llama las cosas a la existencia por Su Palabra. Él no manipula fuerzas ni coacciona las condiciones. Él simplemente da la Palabra y se realiza Su deseo. “Porque Él dijo [amar – h559],  y fue hecho;  Él mandó,  y existió” (Salmo 33:9). 

Heb. 11:3  Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios,  de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

La palabra hebrea amar (decir) establece que este Dios es un Dios que habla, y lo que Él dice es de suma importancia. Creación, revelación, mandamientos y propósito son todos declarados por este Dios.

¿Qué dice Dios? Él dice Palabras. Pero no las clases de palabras que nosotros pensamos en nuestro mundo. Nosotros pensamos en palabras como símbolos de algo real. El concepto de “palabra” nuestro es esencialmente griego. Está atado a “pensamiento”. Por lo tanto no hay pensamientos sin palabras. Las palabras traen a los pensamientos a la claridad y estructura. En nuestro mundo, las palabras dan significado.

Sal. 119:160  La suma de tu palabra [h1667 - dabár] es verdad,  Y eterno es todo juicio de tu justicia.

Pero en el mundo hebreo, dabár (palabra) es mucho más que simplemente significado y estructura. En hebreo dabár es poder. Las palabras son más que conceptos. Ellas son la manifestación de la verdadera energía y fuerza porque ellas vienen del Dios que habla. Cuando Dios dice, “Luz”, la luz se hace existente. Las Palabras son un poder increíble. Son verdadera energía viviente.

La Palabras en hebreo son fuerzas activas. Dios se revela a Sí mismo en palabras porque las palabras tienen vida. Jesucristo es la Palabra Viva de Dios, y cada Palabra misma de Dios es vida y es poder.

Juan 5:24  De cierto,  de cierto os digo:  El que oye mi palabra,  y cree al que me envió,  tiene vida eterna;  y no vendrá a condenación,  mas ha pasado de muerte a vida.

Cada vez que escuchamos los jrémas del Espíritu somos transportados a una dimensión donde las palabras tienen vida y llevan poder. Estas palabras y lo que describen son una y la misma. Sus Palabras son poder viviente que operan en este mundo. Es por ello que Dios puede decir que Sus palabras no regresan vacías, sin resultados. Cada vez que Dios da Su Palabra, hay resultados, hay fruto.

Cada Palabra de Dios es Su poder espiritual expresado en lenguaje. Dios y Su Palabra son uno y lo mismo. Dios no dio Su Ley como un grupo de principios morales independientes de Él para que vivamos por ellos. Dios y la Ley son lo mismo, no se pueden separar. Más que principios morales, la Ley de Dios es la expresión en palabras del carácter ético y santo de Dios. Dios es la Ley. Y lo que la Ley dice es el carácter del Dios Viviente. Es por ello que no se puede cambiar, torcer ni anular.

La Palabra de Dios es la manifestación de Dios mismo y cada una de Sus Palabras es la Verdad. Hay una relación intima entre lo que es dicho por Dios, su poder y la Verdad. Dios establece está relación cuando Él usa las palabras para crear realidades. De este modo, todo lo creado por Dios revela Su verdad, Su poder, y Su Carácter.

Por lo tanto, en el mundo hebreo, las palabras que hablamos deberían modelar las palabras divinas de promesas que fueron dadas por Dios. Cada Palabra jréma de Dios confiada a nosotros por Su Espíritu lleva el respaldo de toda la autoridad, moralidad, soberanía, verdad y poder de Dios. Cada una de Sus Palabras lleva toda Su vida.

Jer. 15:16  Fueron halladas tus palabras,  y yo las comí;  y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón;  porque tu nombre se invocó sobre mí,  oh Jehová Dios de los ejércitos.

 

 

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